Cuando yo sea una mujer mayor
quisiera vivir de todo lo ahorrado
y que cada kilo y cada pliegue,
de los juntados por los años,
me recordara un beso, una caricia,
un deseo cumplido y luchado.
Cuando yo sea una mujer mayor,
que no me compadezcan
por no haber tenido hijos,
que habrá sido lo que he querido
y habré disfrutado mi elección,
pues habré visto crecer todos mis versos,
hacerse poemas y marchar de casa
y volver de visita aumentados
por la lectura de otras gentes,
en otros sitios, a través de los años.
Cuando yo sea una mujer mayor
y esté colmada de haber cuidado cuerpos,
de haber mantenido vidas,
de haber luchado el día a día
para que no faltase el pan,
el abrigo, la esperanza y la alegría
no querré vivir en la incerteza del recuerdo,
atemorizada por la agonía del olvido.
Cuando yo sea una mujer mayor
me seguirá gustando
llevar las uñas rojo pasión,
mover el pandero a tuerto y derecho
y despertar ira o admiración.
¿Qué se habrán creído,
que por ser vieja no llevaré el ritmo?
Cuando yo sea Dedicación García
querré vivir de todo lo ahorrado
y que cada kilo y cada pliegue,
de los juntados por los años,
me recuerde un beso, una caricia,
un deseo cumplido y luchado.
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